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12 razones para criar agapornis roseicollis - 1 - 56-68

El agapornis es un tipo de ave que pertenece a la familia de los Psittaculidae, vulgarmente, ciertos los llaman las aves “inseparables”. De hecho, su propio nombre viene de la nuevo de la palabra griega ágape, que significa amor o bien afecta, y ornis, que significa ave.

Dado que el macho y la hembra de agapornis son inseparables, pasan mucho tiempo juntos, se arreglan las plumas el uno al u otro o bien se acorrucan juntos, es un nombre que le viene muy bien.

La manera fisica de los agapornis es bastante especial. Se trata de papagayos pequeños, con un total de 9 especies, cuyo tamaño está comprendido entre los 13 y dieciseis cm, conforme que especie. Sus plumajes son muy coloridos y destacan por su cola corta.

¿De qué forma suele ser el comportamiento de un agaporni?

Los agapornis suelen ser animales bastante fiables con el ser humano, si bien considerablemente más con lo de su especie y otras aves. En general no acostumbra a ser un animal violento ni que suela atacar, salvo que sea sienta muy conminado. Existen una serie de pistas que ayudan a conocer cuál es el estado anímico del ave.

¿Cuánto vive un agapornis?

Es buena pregunta. La verdad es que la esperanza de vida de estas aves no cambia en base la especie, sino que aproximadamente todas suelen vivir lo mismo. Además de esto, es una de las especies de aves más longevas.

El tiempo de vida medio es de unos 12 años, pero con un buen cuidado, estas aves pueden llegar a vivir los 15 años sin problemas siempre que se les haya alimentado bien y el dueño le haya dado los cuidados convenientes. No es algo difícil, puesto que el animal solo precisa de unos 20 minutos de atención al día.

¿Cómo saber si un agaporni es macho o bien hembra?

Todo el planeta afirma que lo mejor es mirar los órganos genitales del ave para cuanto te preguntas de qué manera saber si un inseparable es macho y hembra, puesto que los huesos de la pelvis del macho están más juntos al tiempo que los de la hembra están separados y son redondeados, lo que permite que pueda poner los huevos. Mas existen otras pautas que asisten a saber el sexo del ave.

Por ejemplos, al contrario que en otras especies, las hembras acostumbran a ser más grandes que los machos, debido a la dura labor de poner los huevos. La cabeza de las hembras suele ser redondeada y con el pico más grande, mientras que los machos tienen una cabeza más uniforme y un pico pequeño. Las hembras acostumbran a ser más beligerantes y territoriales con otras aves que los machos.

¿Cómo se puede lograr la confianza de un agapornis?

Muchos van a ver vídeos en Internet dónde los dueños llevan tranquilamente a sus agapornis del hombro o en su mano. Esto no es algo que se logre del día a la mañana. Precisa de un buen tiempo de trabajo y paciencia para que el ave coja confianza con su dueño.

Al comienzo lo mejor es mantener un tanto las distancias. El ave al estar encerrado en una jaula, sin tener nada de libertad, se va a sentir un poco triste. Además de esto, se encontrará en un entorno que no conoce, lo que lo pondrá un poco inquieto. De tal modo que, durante los primeros días hay que eludir tocarlo o intentar cogerlo a toda costa.

Pasados un par de días es cuando hay que comenzar a intentar ganarse la confianza del ave. Para esto lo mejor es que la jaula esté situada en una sala dónde se haga bastante vida social, como un salón o bien un comedor. Poquito a poco hay que acercarse a la jaula y vocalizar su nombre, para que se vaya acostumbrando a la palabra. Mas si se nota que el animal evita el contacto lo mejor es dejarlo estar. Poquito a poco el animal se va a ir acercando al dueño a reconocerlo. Pero aún no va a estar listo para dejarse tocar.

Llegará un instante en el que el animal no se amedrentará al ver a su dueño acercarse a la jaula. En ese caso hay que procurar empezar a darle comida directamente de la mano, sosteniendo la cama en todo momento. Al comienzo el animal es posible que dude en acercarse, pero poquito a poco lo va a hacer. Tal vez no se consiga a la primera, pero lo terminará haciendo.

Cuando ya se logre que coma sus “snacks” de la mano, es el momento de empezar a procurar que el agapornis se suba al dedo. Para esto hay que tocar levemente su abdomen, dándole un ligero empujón para animarlo a subirse. Posiblemente se baje enseguida, por lo que en ese momento hay que dejarlo estar y volver a probarlo al día después. Al poco tiempo se acostumbrará a subirse al dedo, y entonces va a ser el instante de sacarlo de la jaula con mucho cuidado. Es esencial que la habitación esté cerrada, pues no es extraño que el ave intente salir a explorar lo que le circunda.

La jaula, ¿de qué manera debe ser?

La jaula, el hogar de tu agapornis, no puede ser de cualquier manera. Hay que comprar una jaula que sea de buena calidad, al fin y al cabo, será dónde viva el ave durante su vida.

Empecemos por el tamaño. Se suele decir que “cuánto más grande mejor”, pero tampoco hay pues “irse a lo más grande”. Para una pareja, por poner un ejemplo, la jaula tendría que ser de 1 metro de largo, 0,5 metros de ancho y 0,5 metros de alto.

Con lo que para el caso en el que se va a tener una sola debe ser una jaula de 0,5 metros de largo y 0,47 metros de alto y de ancho. Pero lo mejor es que sea una pensada para dos aves, pues así el agapornis tiene suficiente espacio para volar. Además, las jaulas siempre y en toda circunstancia tienen juguetes y otros entretenimientos dentro, con lo que se acaban haciendo pequeño.

La forma de la jaula es tan importante como el tamaño. No ha de ser redonda, ya que esto les provoca inseguridad al no tener un punto de referencia con el que sentirse tranquilos, pues todos los puntos de la jaula son iguales. Tampoco tiene que ser una jaula con forma de casa, en tanto que al estar fabricadas en su mayor parte por plástico, esto imposibilita que puedan escalar por las paredes. Con lo que, la opción mejor es una jaula rectangular con barrotes horizontales a fin de que se puedan sujetar con las patas o bien el picos. La distancia entre los barrotes no ha de ser de más de uno con cinco cm, evitando así que puedan meter la cabeza entre ellos y fallecer por ahoga.

Al menos la jaula tiene que tener dos puertas, una a fin de que se les pueda administrar el agua y la comida, al paso que la otra será para que tengan un nido en el exterior si se fuera dedicar a la cría o para que el ave pueda salir a estirar las alas cuando lo desee. Los comederos es mejor que se rellenen desde el lado de fuera, pues si se hacen por dentro se les puede dar una ruta de escape de la jaula. Con el agua sería lo mismo, comprando un cilindro de plástico con el que pueda tomar el animal, en especial en verano.

Existen muchos debates sobre la rejilla inferior en las jaulas de los agapornis. Es cierto que si está no existe, es más simple de adecentar, pero también hace que estos animales coman la comida que se les haya caído al suelo, la cuál puede estar contaminada por sus heces, lo cuál no es nada recomendable.

En el fondo de la jaula para agapornis hay que poner algo que permita que sea simple de limpiar, como papel de cocina o bien de periódico, así como tierra especial para aves o maíz triturado. No hay que emplear https://deagapornis.com/ jamás tierra para gatos, puesto que su poder de absorción podría secar el buche del ave ni tampoco utilizar papel perfumado.

7 pequeños cambios que marcaran la diferencia con tu agapornis personata - 8 - 21-71

El agapornis es un tipo de ave que pertenece a la familia de los Psittaculidae, vulgarmente, ciertos los llaman las aves “inseparables”. En verdad, su propio nombre viene de la nuevo de la palabra griega ágape, que significa amor o bien afecta, y ornis, que significa ave.

Puesto que el macho y la hembra de agapornis son inseparables, pasan un buen tiempo juntos, se arreglan las plumas el uno al u otro o bien se acurrucan juntos, es un nombre que le viene realmente bien.

La manera fisica de los agapornis es bastante peculiar. Se trata de papagayos pequeños, con un total de 9 especies, cuyo tamaño está comprendido entre los 13 y dieciseis cm, conforme que especie. Sus plumajes son muy coloridos y resaltan por su cola corta.

¿De qué forma acostumbra a ser el comportamiento de un agaporni?

Los agapornis suelen ser animales bastante confiables con el humano, si bien mucho más con lo de su especie y otras aves. Por lo general no suele ser un animal violento ni que suela agredir, a menos que sea sienta muy conminado. Existen una serie de pistas que ayudan a conocer cuál es el estado anímico del ave.

¿Cuánto vive un agapornis?

Es una buena pregunta. Lo cierto es que la esperanza de vida de estas aves no varía en base la especie, sino aproximadamente todas y cada una acostumbran a vivir lo mismo. Además de esto, es una de las especies de aves más longevas.

El tiempo de vida medio es de unos 12 años, mas con un buen cuidado, estas aves pueden llegar a vivir los 15 años sin problemas siempre que se les haya alimentado bien y el dueño le haya dado los cuidados convenientes. No es algo difícil, puesto que el animal solo precisa de unos 20 minutos de atención al día.

¿De qué forma saber si un agaporni es macho o hembra?

Todo el mundo afirma que lo mejor es mirar los órganos genitales del ave para cuanto te preguntas de qué manera saber si un inseparable es macho y hembra, puesto que los huesos de la pelvis del macho están más juntos mientras que los de la hembra están separados y son redondeados, lo que deja que pueda poner los huevos. Pero existen otras pautas que asisten a saber el sexo del ave.

Por ejemplos, al revés que en otras especies, las hembras acostumbran a ser más grandes que los machos, debido a la dura tarea de poner los huevos. La cabeza de las hembras suele ser redondeada y con el pico más grande, mientras que los machos tienen una cabeza más uniforme y un pico pequeño. Las hembras suelen ser más agresivas y territoriales con otras aves que los machos.

¿Cómo se puede lograr la confianza de un agapornis?

Muchos verán vídeos en Internet dónde los dueños llevan reposadamente a sus agapornis del hombro o en su mano. Esto no es algo que se consiga del día a la mañana. Precisa de bastante tiempo de trabajo y paciencia a fin de que el ave coja confianza con su dueño.

Al comienzo lo mejor es sostener un poco las distancias. El ave al estar encerrado en una jaula, sin tener nada de libertad, se sentirá un poco triste. Además de esto, se hallará en un ambiente que no conoce, lo que lo va a poner un tanto nervioso. De forma que, durante los primeros días hay que eludir tocarlo o intentar cogerlo a toda costa.

Pasados dos días es cuando hay que comenzar a intentar ganarse la confianza del ave. Para esto lo mejor es que la jaula esté situada en una sala dónde se haga bastante vida social, como un salón o un comedor. Poco a poco hay que acercarse a la jaula y pronunciar su nombre, a fin de que se vaya acostumbrando a la palabra. Pero si se nota que el animal evita el contacto lo mejor es dejarlo estar. Poco a poco el animal se irá acercando al dueño a reconocerlo. Pero todavía no va a estar listo para dejarse tocar.

Va a llegar un momento en el que el animal no se atemorizará al ver a su dueño acercarse a la jaula. En ese caso hay que intentar comenzar a darle comida de manera directa de la mano, sosteniendo la cama en todo instante. Al comienzo el animal puede que dude en acercarse, pero poco a poco lo hará. Quizás no se logre a la primera, pero lo terminará haciendo.

Cuando ya se consiga que coma sus “snacks” de la mano, es el instante de comenzar a intentar que el agapornis se suba al dedo. Para esto hay que tocar levemente su abdomen, dándole un ligero empujón para animarlo a subirse. Posiblemente se baje enseguida, con lo que en ese momento hay que dejarlo estar y regresar a probarlo al día después. Al poco tiempo se acostumbrará a subirse al dedo, y entonces será el momento de sacarlo de la jaula con sumo cuidado. Es importante que la habitación esté cerrada, pues no es extraño que el ave intente salir a explorar lo que le rodea.

La jaula, ¿de qué forma debe ser?

La jaula, el hogar de tu agapornis, no puede ser de cualquier forma. Hay que comprar una jaula que sea de calidad, a fin de cuentas, será dónde viva el ave a lo largo de toda su vida.

Empecemos por el tamaño. Se acostumbra a decir que “cuánto más grande mejor”, pero tampoco hay porque “irse como mucho grande”. Para una pareja, por poner un ejemplo, la jaula debería ser de 1 metro de largo, 0,5 metros de ancho y 0,5 metros de alto.

Con lo que para el caso en el que se tendrá una sola debe ser una jaula de 0,5 metros de largo y 0,47 metros de alto y de ancho. Pero lo mejor es que sea una pensada para 2 aves, pues de esta forma el agapornis tiene suficiente espacio para volar. Además, las jaulas siempre y en toda circunstancia tienen juguetes y otros entretenimientos dentro, con lo que se acaban haciendo pequeño.

La manera de la jaula es tan esencial como el tamaño. No ha de ser redonda, en tanto que esto les provoca inseguridad al no tener un punto de referencia con el que sentirse apacibles, pues todos los puntos de la jaula son iguales. Tampoco tiene que ser una jaula con forma de casa, ya que al estar fabricadas en su mayoría por plástico, esto imposibilita que puedan escalar por las paredes. Con lo que, la mejor opción es una jaula cuadrangular con barrotes horizontales para que se puedan sujetar con las patas o el picos. La distancia entre los barrotes no ha de ser de más de uno con cinco cm, evitando conque puedan meter la cabeza entre ellos y fallecer por asfixia.

Por lo menos rosicolli la jaula tiene que tener 2 puertas, una a fin de que se les pueda administrar el agua y el alimento, mientras que la otra será a fin de que tengan un nido en el exterior si se fuera dedicar a la cría o bien para que el ave pueda salir a estirar las alas cuando lo desee. Los comederos es mejor que se rellenen desde el lado de fuera, pues si se hacen por la parte interior se les puede dar una senda de escape de la jaula. Con el agua sería lo mismo, comprando un cilindro de plástico con el que pueda tomar el animal, singularmente en verano.

Hay muchos debates sobre la reja inferior en las jaulas de los agapornis. Es verdad que si está no existe, es más fácil de adecentar, mas también hace que estos animales coman la comida que se les haya caído al suelo, la cuál puede estar contaminada por sus heces, lo cuál no es nada aconsejable.

En el fondo de la jaula para agapornis hay que poner algo que permita que sea fácil de limpiar, como papel de cocina o bien de periódico, así como tierra especial para aves o bien maíz triturado. No hay que utilizar jamás tierra para gatos, pues su poder de absorción podría secar el buche del ave ni tampoco usar papel perfumado.

Sabias que... - 9 - 97-10102

El agapornis es un género de ave que pertenece a la familia de los Psittaculidae, vulgarmente, algunos los llaman las aves “inseparables”. De hecho, su nombre viene de la nuevo de la palabra griega ágape, que significa amor o bien afecta, y ornis, que significa ave.

Puesto que el macho y la hembra de agapornis son inseparables, pasan mucho tiempo juntos, se arreglan las plumas el uno al o bien otro o bien se acurrucan juntos, es un nombre que le viene muy bien.

La manera física de los agapornis es bastante especial. Se trata de papagayos jaulas inseparables pequeños, con un total de 9 especies, cuyo tamaño está comprendido entre los 13 y 16 cm, según que especie. Sus plumajes son muy coloridos y resaltan por su cola corta.

¿De qué manera suele ser el comportamiento de un agaporni?

Los agapornis suelen ser animales bastante fiables con el humano, aunque considerablemente más con lo de su especie y otras aves. En general no suele ser un animal violento ni que suela agredir, a menos que sea sienta muy amenazado. Existen una serie de pistas que asisten a conocer cuál es el estado de ánimo del ave.

¿Cuánto vive un agapornis?

Es buena pregunta. Lo cierto es que la esperanza de vida de estas aves no varía en base la especie, sino aproximadamente todas acostumbran a vivir lo mismo. Además de esto, es una de las especies de aves más longevas.

El tiempo de vida medio es de unos 12 años, mas con un buen cuidado, estas aves pueden llegar a vivir los 15 años sin problemas siempre que se les haya alimentado bien y el dueño le haya dado los cuidados convenientes. No es algo difícil, pues el animal solo precisa de unos veinte minutos de atención al día.

¿De qué manera saber si un agaporni es macho o hembra?

Todo el planeta dice que lo mejor es mirar los órganos genitales del ave para cuanto te preguntas de qué manera saber si un inseparable es macho y hembra, pues los huesos de la pelvis del macho están más juntos al tiempo que los de la hembra están separados y son redondeados, lo que deja que pueda poner los huevos. Pero existen otras pautas que ayudan a saber el sexo del ave.

Por ejemplos, al contrario que en otras especies, las hembras acostumbran a ser más grandes que los machos, debido a la dura labor de poner los huevos. La cabeza de las hembras acostumbra a ser redondeada y con el pico más grande, al paso que los machos tienen una cabeza más uniforme y un pico pequeño. Las hembras acostumbran a ser más beligerantes y territoriales con otras aves que los machos.

¿Cómo se puede conseguir la confianza de un agapornis?

Muchos verán vídeos en Internet dónde los dueños llevan tranquilamente a sus agapornis del hombro o en su mano. Esto no es una cosa que se logre del día por la mañana. Requiere de un buen tiempo de trabajo y paciencia a fin de que el ave coja confianza con su dueño.

Al principio lo mejor es sostener un tanto las distancias. El ave al estar encerrado en una jaula, sin tener nada de libertad, se sentirá un tanto triste. Además de esto, se encontrará en un entorno que no conoce, lo que lo va a poner un tanto nervioso. De modo que, a lo largo de los primeros días hay que evitar tocarlo o intentar cogerlo a toda costa.

Pasados dos días es cuando hay que comenzar a procurar ganarse la confianza del ave. Para ello lo mejor es que la jaula esté situada en una sala dónde se haga bastante vida social, como un salón o bien un comedor. Poquito a poco hay que acercarse a la jaula y vocalizar su nombre, para que se vaya acostumbrando a la palabra. Mas si se nota que el animal evita el contacto lo mejor es dejarlo estar. Poco a poco el animal se irá acercando al dueño a reconocerlo. Mas todavía no va a estar listo para dejarse tocar.

Llegará un instante en el que el animal no se atemorizará al ver a su dueño acercarse a la jaula. En un caso así hay que intentar comenzar a darle comida de forma directa de la mano, sosteniendo la cama en todo momento. Al comienzo el animal es posible que dude en acercarse, mas poco a poco lo hará. Quizá no se logre a la primera, pero lo acabará haciendo.

Cuando ya se logre que coma sus “snacks” de la mano, es el momento de comenzar a procurar que el agapornis se suba al dedo. Para esto hay que tocar ligeramente su abdomen, dándole un ligero empujón para animarlo a subirse. Es posible que se baje enseguida, con lo que en ese instante hay que dejarlo estar y regresar a probarlo al día después. Al poco tiempo se habituará a subirse al dedo, y entonces va a ser el momento de sacarlo de la jaula con mucho cuidado. Es esencial que la habitación esté cerrada, puesto que no es extraño que el ave intente salir a explorar lo que le rodea.

La jaula, ¿de qué manera debe ser?

La jaula, el hogar de tu agapornis, no puede ser de cualquier forma. Hay que adquirir una jaula que sea de calidad, al fin y al cabo, será dónde viva el ave durante su vida.

Comencemos por el tamaño. Se suele decir que “cuánto más grande mejor”, pero tampoco hay por el hecho de que “irse como mucho grande”. Para una pareja, por servirnos de un ejemplo, la jaula debería ser de 1 metro de largo, 0,5 metros de ancho y 0,5 metros de alto.

Con lo que para el caso en el que se tendrá una sola tiene que ser una jaula de 0,5 metros de largo y 0,47 metros de alto y de ancho. Pero lo mejor es que sea una pensada para dos aves, por el hecho de que de este modo el agapornis tiene suficiente espacio para volar. Además de esto, las jaulas siempre y en toda circunstancia tienen juguetes y otros entretenimientos dentro, con lo que se terminan haciendo pequeño.

La manera de la jaula es tan importante como el tamaño. No debe ser redonda, ya que esto les provoca inseguridad al no tener un punto de referencia con el que sentirse sosegados, pues todos y cada uno de los puntos de la jaula son iguales. Tampoco debe ser una jaula con forma de casita, puesto que al estar fabricadas en su mayor parte por plástico, esto imposibilita que puedan trepar por las paredes. Con lo que, la mejor opción es una jaula rectangular con barrotes horizontales para que se puedan sujetar con las patas o el picos. La distancia entre los barrotes no debe ser de más de uno con cinco cm, eludiendo así que puedan meter la cabeza entre ellos y fallecer por asfixia.

Por lo menos la jaula tiene que tener 2 puertas, una a fin de que se les pueda administrar el agua y el alimento, al tiempo que la otra va a ser a fin de que tengan un nido en el exterior si se fuera dedicar a la cría o a fin de que el ave pueda salir a estirar las alas cuando lo desee. Los comederos es mejor que se rellenen desde el lado de fuera, puesto que si se hacen por dentro se les puede dar una senda de escape de la jaula. Con el agua sería lo mismo, comprando un tubo de plástico con el que pueda tomar el animal, en especial en verano.

Hay muchos debates sobre la rejilla inferior en las jaulas de los agapornis. Es verdad que si está no existe, es más simple de limpiar, pero asimismo hace que estos animales coman el alimento que se les haya caído al suelo, la cuál puede estar contaminada por sus heces, lo cuál no es nada recomendable.

En el fondo de la jaula para agapornis hay que poner algo que deje que sea simple de adecentar, como papel de cocina o de periódico, junto con tierra especial para aves o maíz triturado. No hay que utilizar nunca tierra para gatos, puesto que su poder de absorción podría secar el buche del ave ni tampoco utilizar papel perfumado.

15 temas que no sabias sobre los agapornis - 6 - 14-34

El agapornis es un tipo de ave que pertenece a la familia de los Psittaculidae, vulgarmente, ciertos los llaman las aves “inseparables”. En verdad, su nombre viene de la nuevo de la palabra griega ágape, que significa amor o bien afecta, y ornis, que significa ave.

Puesto que el macho y la hembra de agapornis son inseparables, pasan un buen tiempo juntos, se arreglan las plumas el uno al u otro o bien se acorrucan juntos, es un nombre que le viene muy bien.

La manera física de los agapornis es bastante peculiar. Se trata de loros pequeños, con un total de 9 especies, cuyo tamaño está comprendido entre los 13 y 16 cm, conforme que especie. Sus plumajes son muy coloridos y resaltan por su cola corta.

¿De qué forma acostumbra a ser el comportamiento de un agaporni?

Los agapornis suelen ser animales bastante fiables con el ser humano, aunque considerablemente más con lo de su especie y otras aves. Normalmente no suele ser un animal violento ni que suela atacar, a menos que sea sienta muy conminado. Existen una serie de pistas que asisten a conocer cuál es el estado anímico del ave.

¿Cuánto vive un agapornis?

Es buena pregunta. La verdad es que la esperanza de vida de estas aves no varía en base la especie, sino que más o menos todas y cada una suelen vivir lo mismo. Además de esto, es una de las especies de aves más longevas.

El tiempo de vida medio es de unos 12 años, pero con un buen cuidado, estas aves pueden llegar a vivir los 15 años sin problemas siempre y cuando se les haya alimentado bien y el dueño le haya dado los cuidados convenientes. No es algo bastante difícil, puesto que el animal solo precisa de unos veinte minutos de atención al día.

¿De qué manera saber si un agaporni es macho o hembra?

Todo el mundo afirma que lo mejor es mirar los órganos genitales del ave para cuanto te preguntas de qué forma saber si un inseparable es macho y hembra, puesto que los huesos de la pelvis del macho están más juntos al tiempo que los de la hembra están separados y son redondeados, lo que permite que pueda poner los huevos. Mas hay otras pautas que ayudan a saber el sexo del ave.

Por ejemplos, al revés que en otras especies, las hembras acostumbran a ser más grandes que los machos, debido a la dura labor de poner los huevos. La cabeza de las hembras suele ser redondeada y con el pico más grande, al paso que los machos tienen una cabeza más uniforme y un pico pequeño. Las hembras acostumbran a ser más beligerantes y territoriales con otras aves que los machos.

¿De qué forma se puede conseguir la confianza de un agapornis?

Muchos van a ver vídeos en Internet dónde los dueños llevan tranquilamente a sus agapornis del hombro o bien en su mano. Esto no es algo que se logre del día por la mañana. Requiere de mucho tiempo de trabajo y paciencia para que el ave coja confianza con su dueño.

Al comienzo lo mejor es sostener un tanto las distancias. El ave al estar encerrado en una jaula, sin tener nada de libertad, se sentirá un poco triste. Además, se encontrará en un entorno que no conoce, lo que lo va a poner un tanto nervioso. De forma que, durante los primeros días hay que eludir tocarlo o bien intentar cogerlo a toda costa.

Pasados dos días es cuando hay que comenzar a intentar ganarse la confianza del ave. Para ello lo mejor es que la jaula esté ubicada en una sala dónde se haga bastante vida social, como un salón o un comedor. Poco a poco hay que acercarse a la jaula y pronunciar su nombre, para que se vaya acostumbrando a la palabra. Pero si se aprecia que el animal evita el contacto lo mejor es dejarlo estar. Poquito a poco el animal se va a ir acercando al dueño a reconocerlo. Mas todavía no estará listo para dejarse tocar.

Va a llegar un instante en el que el animal no se asustará al ver a su dueño acercarse a la jaula. En ese caso hay que intentar empezar a darle comida de manera directa de la mano, sosteniendo la cama en todo momento. Al comienzo el animal es posible que dude en acercarse, mas poco a poco lo hará. Quizás no se logre a la primera, mas lo acabará haciendo.

Cuando ya se consiga que coma sus “snacks” de la mano, es el momento de empezar a procurar que el agapornis se suba al dedo. Para esto hay que tocar tenuemente su abdomen, dándole un ligero empujón para animarlo a subirse. Posiblemente se baje enseguida, por lo que en ese momento hay que dejarlo estar y volver a probarlo al día siguiente. Al poco tiempo se habituará a subirse al dedo, y entonces será el momento de sacarlo de la jaula con sumo cuidado. Es esencial que la habitación esté cerrada, pues no es extraño que el ave intente salir a explorar lo que le circunda.

La jaula, ¿de qué manera tiene que ser?

La jaula, el hogar de tu agapornis, no puede ser de cualquier forma. Hay que comprar una jaula que sea de buena calidad, a fin de cuentas, será dónde viva el ave durante toda su vida.

Comencemos por el tamaño. Se acostumbra a decir que “cuánto más grande mejor”, mas tampoco hay pues “irse a lo más grande”. Para una pareja, por ejemplo, la jaula tendría que ser de 1 metro de largo, 0,5 metros de ancho y 0,5 metros de alto.

Por lo que para el caso en el que se va a tener una sola tiene que ser una jaula de 0,5 metros de largo y 0,47 metros de alto y de ancho. Mas lo mejor es que sea una concebida para dos aves, por el hecho de que de esta forma el agapornis tiene suficiente espacio para volar. Además, las jaulas siempre y en toda circunstancia tienen juguetes y otros entretenimientos dentro, por lo que se terminan haciendo pequeño.

La forma de la jaula es tan esencial como el inseparables papilleros precio tamaño. No debe ser redonda, puesto que esto les provoca inseguridad al no tener un punto de referencia con el que sentirse sosegados, pues todos y cada uno de los puntos de la jaula son iguales. Tampoco debe ser una jaula con forma de casita, ya que al estar fabricadas en su mayoría por plástico, esto imposibilita que puedan escalar por las paredes. Así que, la opción mejor es una jaula rectangular con barrotes horizontales para que se puedan agarrar con las patas o bien el picos. La distancia entre los barrotes no debe ser de más de 1,5 cm, evitando así que puedan meter la cabeza entre ellos y fallecer por asfixia.

Al menos la jaula debe tener dos puertas, una para que se les pueda dirigir el agua y el alimento, mientras que la otra será para que tengan un nido en el exterior si se fuera dedicar a la cría o bien para que el ave pueda salir a estirar las alas cuando lo desee. Los comederos es mejor que se rellenen desde el lado de fuera, puesto que si se hacen por dentro se les puede dar una senda de escape de la jaula. Con el agua sería lo mismo, comprando un cilindro de plástico con el que pueda tomar el animal, en especial en verano.

Existen muchos debates sobre la reja inferior en las jaulas de los agapornis. Es cierto que si está no existe, es más fácil de adecentar, mas también hace que estos animales coman la comida que se les haya caído al suelo, la cuál puede estar contaminada por sus heces, lo cuál no es nada recomendable.

En el fondo de la jaula para agapornis hay que poner algo que permita que sea simple de limpiar, como papel de cocina o de periódico, así como tierra singular para aves o bien maíz triturado. No hay que emplear jamás tierra para gatos, pues su poder de absorción podría secar el buche del ave ni tampoco utilizar papel perfumado.

13 cosas que no sabias sobre los agapornis - 8 - 91-28

El agapornis es un género de ave que pertenece a la familia de los Psittaculidae, vulgarmente, ciertos los llaman las aves “inseparables”. En verdad, su propio nombre viene de la nuevo de la palabra griega ágape, que significa amor o afecta, y ornis, que significa ave.

Dado que el macho y la hembra de agapornis son inseparables, pasan un buen tiempo juntos, se arreglan las plumas el uno al o bien otro o se acorrucan juntos, es un nombre que le viene muy bien.

La forma agapornis roseicollis fisica de los agapornis es bastante especial. Se trata de loros pequeños, con un total de 9 especies, cuyo tamaño está comprendido entre los trece y 16 cm, conforme que especie. Sus plumajes son muy coloridos y destacan por su cola corta.

¿De qué forma suele ser el comportamiento de un agaporni?

Los agapornis acostumbran a ser animales bastante fiables con el ser humano, aunque considerablemente más con lo de su especie y otras aves. En general no suele ser un animal violento ni que suela agredir, salvo que sea sienta muy conminado. Existen una serie de pistas que ayudan a conocer cuál es el estado anímico del ave.

¿Cuánto vive un agapornis?

Es buena pregunta. La verdad es que la esperanza de vida de estas aves no cambia en base la especie, sino aproximadamente todas acostumbran a vivir lo mismo. Además de esto, es una de las especies de aves más longevas.

El tiempo de vida medio es de unos 12 años, pero con un buen cuidado, estas aves pueden llegar a vivir los 15 años sin problemas siempre que se les haya alimentado bien y el dueño le haya dado los cuidados adecuados. No es algo difícil, pues el animal solo requiere de unos 20 minutos de atención al día.

¿De qué forma saber si un agaporni es macho o bien hembra?

Todo el planeta dice que lo mejor es mirar los órganos genitales del ave para cuanto te preguntas cómo saber si un inseparable es macho y hembra, puesto que los huesos de la pelvis del macho están más juntos mientras que los de la hembra están separados y son redondeados, lo que deja que pueda poner los huevos. Pero existen otras pautas que asisten a saber el sexo del ave.

Por ejemplos, a la inversa que en otras especies, las hembras suelen ser más grandes que los machos, debido a la dura labor de poner los huevos. La cabeza de las hembras suele ser redondeada y con el pico más grande, al paso que los machos tienen una cabeza más uniforme y un pico pequeño. Las hembras suelen ser más agresivas y territoriales con otras aves que los machos.

¿Cómo se puede conseguir la confianza de un agapornis?

Muchos van a ver vídeos en Internet dónde los dueños llevan reposadamente a sus agapornis del hombro o en su mano. Esto no es algo que se consiga del día por la mañana. Requiere de un buen tiempo de trabajo y paciencia a fin de que el ave coja confianza con su dueño.

Al principio lo mejor es mantener un poco las distancias. El ave al estar encerrado en una jaula, sin tener nada de libertad, se sentirá un poco triste. Además, se encontrará en un entorno que no conoce, lo que lo va a poner un tanto inquieto. De tal modo que, durante los primeros días hay que evitar tocarlo o procurar cogerlo a toda costa.

Pasados dos días es cuando hay que comenzar a procurar ganarse la confianza del ave. Para ello lo mejor es que la jaula esté ubicada en una sala dónde se haga bastante vida social, como un salón o bien un comedor. Poquito a poco hay que acercarse a la jaula y vocalizar su nombre, a fin de que se vaya acostumbrando a la palabra. Mas si se aprecia que el animal evita el contacto lo mejor es dejarlo estar. Poco a poco el animal se va a ir acercando al dueño a reconocerlo. Mas todavía no estará listo para dejarse tocar.

Va a llegar un instante en el que el animal no se asustará al ver a su dueño acercarse a la jaula. En un caso así hay que intentar empezar a darle comida de manera directa de la mano, sosteniendo la cama en todo instante. Al comienzo el animal puede que dude en acercarse, mas poquito a poco lo va a hacer. Tal vez no se consiga a la primera, pero lo terminará haciendo.

Cuando ya se logre que coma sus “snacks” de la mano, es el instante de comenzar a intentar que el agapornis se suba al dedo. Para esto hay que tocar ligeramente su abdomen, dándole un ligero empujón para animarlo a subirse. Posiblemente se baje enseguida, por lo que en ese instante hay que dejarlo estar y volver a probarlo al día siguiente. Al poco tiempo se habituará a subirse al dedo, y entonces será el momento de sacarlo de la jaula con mucho cuidado. Es importante que la habitación esté cerrada, pues no es extraño que el ave intente salir a explorar lo que le rodea.

La jaula, ¿de qué forma tiene que ser?

La jaula, el hogar de tu agapornis, no puede ser de cualquier manera. Hay que adquirir una jaula que sea de buena calidad, a fin de cuentas, va a ser dónde viva el ave durante su vida.

Comencemos por el tamaño. Se suele decir que “cuánto más grande mejor”, pero tampoco hay pues “irse como mucho grande”. Para una pareja, por ejemplo, la jaula debería ser de 1 metro de largo, 0,5 metros de ancho y 0,5 metros de alto.

Con lo que para el caso en el que se tendrá una sola tiene que ser una jaula de 0,5 metros de largo y 0,47 metros de alto y de ancho. Mas lo mejor es que sea una pensada para dos aves, por el hecho de que de este modo el agapornis tiene suficiente espacio para volar. Además de esto, las jaulas siempre tienen juguetes y otros entretenimientos dentro, con lo que se terminan haciendo pequeño.

La manera de la jaula es tan esencial como el tamaño. No debe ser redonda, ya que esto les provoca inseguridad al no tener un punto de referencia con el que sentirse apacibles, pues todos y cada uno de los puntos de la jaula son iguales. Tampoco tiene que ser una jaula con forma de casita, puesto que al estar fabricadas en su mayor parte por plástico, esto imposibilita que puedan escalar por las paredes. Así que, la mejor opción es una jaula rectangular con barrotes horizontales a fin de que se puedan agarrar con las patas o el picos. La distancia entre los barrotes no debe ser de más de uno con cinco cm, evitando conque puedan meter la cabeza entre ellos y fallecer por ahoga.

Cuando menos la jaula tiene que tener 2 puertas, una a fin de que se les pueda administrar el agua y la comida, al tiempo que la otra será para que tengan un nido en el exterior si se fuera dedicar a la cría o bien a fin de que el ave pueda salir a estirar las alas cuando lo desee. Los comederos es mejor que se rellenen desde el lado de fuera, puesto que si se hacen por la parte interior se les puede dar una senda de escape de la jaula. Con el agua sería lo mismo, comprando un cilindro de plástico con el que pueda beber el animal, especialmente en verano.

Hay muchos debates sobre la rejilla inferior en las jaulas de los agapornis. Es verdad que si está no existe, es más fácil de adecentar, mas también hace que estos animales coman la comida que se les haya caído al suelo, la cuál puede estar contaminada por sus heces, lo cuál no es nada aconsejable.

En el fondo de la jaula para agapornis hay que poner algo que deje que sea fácil de adecentar, como papel de cocina o de periódico, junto con tierra especial para aves o bien maíz triturado. No hay que utilizar nunca tierra para gatos, pues su poder de absorción podría secar el buche del ave ni tampoco usar papel perfumado.